lunes, 26 de noviembre de 2012


                                           La teoría de la evolución de Spencer
La originalidad de Spencer estriba en haber formulado y aplicado las leyes de la evolución al
estudio científico de la psicología, la sociología, la biología, la educación y la ética. John Dewey,
en el capítulo dedicado a "La obra filosófica de Herbert Spencer”, en su libro Men and Events
(1929), señala que la teoría de la evolución tiene precedentes antiguos en la filosofía europea. La
nueva fórmula que se le dio en el siglo XIX causó una tremenda controversia, porque se oponía
a la creencia cristiana en la creación del mundo. Charles Darwin es el científico que en el siglo
XIX redescubrió la evolución. Su obra  El origen de las especies se publicó en 1859. Con
extrema modestia, Spencer señaló que su versión de la evolución se había publicado algunos
años antes que el libro de Darwin. Y es cierto que la teoría está plenamente expuesta en los
Principios generales, que se publicaron en 1862. Como reconoció el propio Darwin, lo que está
claro es que en  El origen de las especies la aplicación de la teoría se limita a los cambios
biológicos, a diferencia de lo que hizo Spencer. En su obra Principios generales, Spencer dedujo
las leyes de la evolución de los cambios en el sistema solar, la estructura y el clima de la tierra,
las plantas y los animales, y los hombres y la sociedad. El cambio, según estas leyes universales,
comprende procesos de integración y diferenciación.
Spencer ofrece ejemplos claros y abundantes de los cambios de integración en el
organismo social.
Las sociedades no civilizadas muestran estos cambios cuando familias nómadas, como las de los bosquimanos, se
incorporan a tribus mucho más grandes (Spencer, 1862, pág. 316). El progreso que va de las herramientas bastas,
pequeñas y simples a las máquinas perfectas, complejas y grandes es un progreso de integración (Ibíd, pág. 234). Las
máquinas modernas integran un cierto número de máquinas simples más pequeñas. Así pues la evolución, en su
aspecto primario, es el paso de una forma menos coherente a otra más coherente (...) (Ibíd, pág. 327). Se trata de un
proceso universal.7
De mayor importancia para la comprensión de las sociedades modernas es el proceso de
diferenciación, como paso de un estado homogéneo a otro heterogéneo. Como en el caso
anterior, Spencer toma sus ejemplos de todas las disciplinas del conocimiento científico: en la
geología, una masa fundida se convierte en una montaña; en la geografía, existe una
diferenciación de los climas. La diferenciación se produce también en las plantas y en los
animales. El ser humano se ha hecho más heterogéneo; por ejemplo, el hombre civilizado tiene
un sistema nervioso más heterogéneo, y sus pensamientos son más heterogéneos que los del
hombre incivilizado. En el ser humano este "paso de una homogeneidad indefinida e incoherente
a una heterogeneidad definida y coherente" (Ibíd, pág. 389) es ilustrado por la transformación de
los vagidos homogéneos del niño pequeño en sonidos cada vez más diferenciados y definidos.
El cambio social de la homogeneidad a la heterogeneidad se refleja en el progreso de la
civilización en cada tribu y nación. La sociedad, en su forma primaria y más baja, era un
conjunto homogéneo de individuos. Cada hombre, por ejemplo, era guerrero, fabricante de
herramientas, pescador y constructor. Todas las mujeres realizaban las mismas tareas. Cada
familia era autosuficiente y hubiera muy bien podido vivir aparte de las demás. La jefatura fue la
primera señal de una diferenciación de la función. A continuación el poder se hizo hereditario, y
la religión coexistió con el gobierno. La fase siguiente de la evolución social se caracterizó por
las leyes, las costumbres y los usos ceremoniales. Se produjo la especialización del trabajo. Los
sistemas de transporte promovieron las divisiones territoriales, con sus características laborales
propias. Por último, la sociedad se diferenció en clases. Y Spencer llega a esta conclusión:
Comparando el papel de un jefe salvaje con el de un gobierno civilizado, que colabora con los gobiernos locales
subordinados y sus funcionarios, hasta la policía que vigila las calles, vemos cómo, a medida que el ser humano ha
pasado de tribus de decenas de personas a naciones de millones de habitantes, el proceso de regulación ha
aumentado de volumen; cómo, guiado por leyes escritas, ha pasado de la vaguedad y la irregularidad a la precisión
comparativa; y cómo se ha subdividido en procesos cada vez más multiformes (Ibíd, pág. 395).
Estas formas de diferenciación van acompañadas de la diferenciación del lenguaje, la pintura y
la escultura, la danza y la poesía. Según Spencer:
Desde el pasado más remoto al que la ciencia nos permite asomarnos, hasta las novedades de ayer mismo, un rasgo
esencial de la evolución ha sido la transformación de lo homogéneo en lo heterogéneo" (Ibíd, pág. 359).
Junto con el cambio de la homogeneidad a la heterogeneidad, Spencer afirmaba el paso de lo
indefinido a lo definido, de la simplicidad a la complejidad, y de la confusión al orden.
De ordinario se atribuye a Darwin lo que ha dado en llamarse "darwinismo social". Sería
más correcto denominarlo "spencerismo social". Los ejemplos que damos aquí de su análisis del
cambio social muestran la abundancia de paradigmas que empleaba Spencer para probar sus
hipótesis apriorísticas, según las cuales las sociedades, como todo lo demás, cambian con arreglo
a las leyes científicas de la evolución. Spencer aplicó la noción biológica de la "supervivencia de
los más aptos" a las sociedades. Las modificaciones que se producen como consecuencia de la
diferenciación social sobreviven si se adaptan adecuadamente al medio ambiente. Si no lo hacen,
acaban por desaparecer. Spencer defendió enérgicamente, contra el consenso de la comunidad
científica, una teoría biológica muy discutida propuesta por Lamarck, que sostenía que las
características adquiridas se transfieren a la descendencia. Más entrado el siglo, la mayor parte
de los científicos rechazaron esta teoría. En el terreno de lo social, esto tiene consecuencias
importantes, puesto que significa que las características adquiridas por los padres mediante la
educación pueden ser heredadas por los hijos. Los rasgos constitutivos del carácter nacional
concepto empleado por los educadores comparativos del siglo XIX pueden heredarse. Las
características raciales, si no son genéticas, pueden transferirse también de una generación a la
siguiente. Es una hipótesis que sirve tanto para los racistas como para los antirracistas.8
Convencido de que todos los cambios eran evolutivos, Spencer basaba su argumentación
en analogías, a falta de pruebas directas. Una de estas analogías es la del óvulo humano
homogéneo simple que crece hasta convertirse en un ser adulto con características especializadas
piernas, brazos, músculos, cerebro etc. que le ayudan a adaptarse a su entorno y a sobrevivir; con
esto justificaba su argumento de que, a medida que evolucionan las sociedades, las funciones se
hacen más especializadas. De hecho, su propia evidencia sociológica era suficiente para
persuadir, no sólo a él sino a los sociólogos decimonónicos de América y Europa, de que las
comunidades rurales homogéneas se estaban transformando en sociedades urbanas complejas.
Hombres como William Graham Sumner, Emile Durkheim, Ferdinand Tonnies, Karl Marx y
Lester Ward, cada uno en sus propios términos, señalaron que las funciones políticas y
económicas que antes llevaba a cabo toda la población, se habían convertido en la
responsabilidad de algunos especialistas. Habían aparecido organismos especializados, como
gobiernos y entidades nacionales y locales, en los cuales se podían llevar a cabo funciones
especializadas. Las teorías del cambio social de Sumner y William Fielding Ogburn (en su obra
Social Change), deben algo a la teoría de Spencer. Es más, su teoría de la evolución social fue
un precedente importante de las teorías del cambio social que enunciaron una serie de sociólogos
de los siglos XIX y XX, y según las cuales la diferenciación de la función es la clave de la
comprensión del cambio.
publicado por : Pablo Xingu

miércoles, 21 de noviembre de 2012

HERBERT SPENCER (1820 - 1903). Principios de Sociología.



HERBERT SPENCER (1820 - 1903). Principios de Sociología.
1.-¿QUÉ ES LA SOCIEDAD?
Se considera a la sociedad como una entidad. Aunque esté formada por unidades, en ella se observa la permanencia en el tiempo de una coordinación que mantiene una determinada fisionomía en toda la región que ocupa dicha sociedad.
Esto implica que la ensambladura de dichas unidades es una cosa concreta: es la sociedad.
Si se puede considerar entonces como una cosa, ¿Qué tipo de cosa es?
Es una cosa que no se percibe por los sentidos, sino por la razón. Lo único en que se puede parecer una sociedad a otra cosa es en que tienen en común unos principios que regulan la coordinación de sus partes.
La siguiente cuestión que se plantea es la comparación del agregado social con los dos tipos de agregados que existen: orgánicos e inorgánicos. ¿Es la sociedad un cuerpo viviente? Hay razones para afirmarlo.
2.-LA SOCIEDAD ES UN ORGANISMO VIVO.
Observemos el crecimiento. Los agregados inorgánicos, como los cristales, experimentan un proceso de crecimiento basado en la integración. Sin embargo los cuerpos vivos experimentan un aumento neto de masa durante toda o parte de su vida. Las sociedades, normalmente crecen hasta que se dividen o caen.
Al igual que los cuerpos vivos, las sociedades, según crecen van dotándose de una estructura cada vez más compleja. Esta diferenciación de estructuras, al igual que en los animales, no se detiene hasta que se alcanza la madurez y comienza la declinación. Observese el paralelismo con el desarrollo de un embrión.
Del mismo modo que en los organismos vivos, la diferenciación progresiva de estructuras va acompañada de una diferenciación progresiva de funciones, cosa que no ocurre en los agregados inorgánicos. Al igual que en un organismo vivo los órganos van adaptándose para realizar cada vez mejor sus funciones, así ocurre en la sociedad: aparecen grupos que se especializan en diferentes funciones.
Estos cambios que se observan en las diferentes estructuras del organismo vivo tienen influencia y relación con las otras estructuras de la agregación orgánica. Esto es en sí la base de la evolución: un órgano renuncia a una función, que otro asumirá con mayor especialización, para especializarse en una función más específica. Un órgano renuncia a digerir alimentos en beneficio de otro, para especializarse en su consecución.
Lo mismo se observa en la sociedad. En sus comienzos todos los individuos que la integraban hacían y sabían de todo: cazar, construir, luchar, fabricar utensilios, etc. La especialización lleva a una división de funciones para cada miembro, y mediante el intercambio proporcional de servicios se establece un equilibrio orgánico superior.
La división del trabajo que los biólogos llaman distribución fisiológica del trabajo en los animales, es el hecho que constituye la sociedad. Por lo tanto se puede afirmar que existe una perfecta analogía entre un organismo social y un organismo individual al existir una dependencia entre sus partes de manera vital.
Sin embargo el organismo difiere de la sociedad en su modo de existencia; la de aquel es más concreta. También se pueden apreciar diferencias en sus finalidades, lo que no implica diferencias en sus leyes: las influencias que las diferentes partes ejercen entre sí se transmiten indirectamente.
3.-CRECIMIENTO SOCIAL.
Es a partir de pequeñas hordas errantes de donde surgen las sociedades mayores.
Antes de la aparición de la agricultura, es posible que existieran pequeños grupos que, dado los utensilios que manejaban y la ausencia de arte, se puede deducir que no existiera una especialización diferenciada de funciones, lo cual hacía imposible cualquier agregación humana.
Viendo la sociedad actual se puede suponer que es el resultado de una agregación directa o indirecta de estos pequeños grupos. La sociedad crece de forma gradual al igual que los cuerpos vivos.
El crecimiento social se efectúa mediante un proceso de composición y de recomposición. Las pequeñas hordas habitaban un determinado asentamiento, el cual producía unos limitados recursos para la subsistencia. Al aumentar el número de sus miembros, sin hacerlo los recursos, esta horda se dividirá. Dará lugar a una nueva horda que irá a buscar un nuevo asentamiento.
Este proceso se repite sucesivamente hasta que llega un momento en que un determinado asentamiento, por sus recursos, es motivo de disputa. Algunas hordas menguan o se extinguen, otras crecen y se dividen.
Para que se forme una sociedad mayor es necesaria una combinación que permita la unión de estas sociedades más pequeñas. Los salvajes más adelantados presentan signos de cohesión que permiten hordas más numerosas.
La densidad de población, entendida como la superficie que ocupa la sociedad en relación con su masa viviente, es un factor para la integración. Al aumentar la masa viviente se incrementa el grado de coherencia de manera conveniente a la unión de sus partes.
4.-ESTRUCTURA SOCIAL.
El aumento de masa va asociado a un aumento de la complejidad de la estructura. Paralelamente a la integración se observa el fenómeno de la diferenciación, tanto en los organismos vivos como en las sociedades.
Una ley general de la biología viene a decir que los grandes agregados poseen una complicada organización. Una masa social pequeña es homogénea, pero se va haciendo cada vez más heterogénea a medida que va creciendo. Este proceso tiene sus fases.
En los grupos más pequeños no se aprecia la existencia de un jefe; se observa la autoridad del más fuerte o del más hábil. Estos grupos son incoherentes, lo que les hace más proclives a la separación. Pero cuando observamos un grupo de más o menos cien individuos podemos apreciar en él una cierta organización de gobierno. Es la primera diferenciación social, y a partir de ella se van estableciendo partes reguladoras y partes operativas.
Esta primera diferenciación social se puede justificar por la actividad militar del hombre; capta prisioneros que serán esclavizados, lo que dará lugar a una clase regulada.
Por otro lado, puede darse el caso de que la agregación de grupos se realice para combatir a otro determinado grupo. Entonces se establecerá la selección de un jefe de jefes. La tribu que pertenece a ese gran jefe desarrollará un carácter más militar.
La repetición de este proceso lleva a una estructura de gobierno cada vez más compleja: rey, jefes locales, pequeños jefes. Al mismo tiempo se van estableciendo diferentes clases: militar, sacerdotal, servil, etc.
Se observa claramente que el aumento de la masa hace más compleja la estructura. Cada una de estas tribus integradas en esta estructura superior mantiene su particular estructura, lo que implica diferentes industrias y simultáneamente intercambio de bienes. Ésto supone una dependencia mutua de las partes que a medida que aumenta se hace más radical la diferenciación entre ellas.
A pesar de estas diferencias tan específicas, en todas ellas subyace una estructura funcional común. Es cierto que pueden producir bienes de muy diferente naturaleza, pero para realizarlos necesitan de unas estructuras que aporten la materia prima, otras que la elaboren y otras que distribuyan lo elaborado. Estas coordinaciones son comunes entre un organismo social y un organismo animal.
Al igual que en los organismos animales las funciones se van especializando; por ejemplo, el órgano de la secreción en animales inferiores pasa de ser un conjunto de células independientes a formar una glándula en animales superiores.
De modo similar ocurre en las sociedades, se pasa de la industria artesanal a un tejido de industria altamente especializado mediante un paulatino proceso transitorio: taller familiar, inclusión de aprendices, obreros asalariados, pequeña fábrica, industria y conjunto de industrias con sus infraestructuras para adquirir la materia prima, transformarla y distribuir el producto.
Conviene señalar que una vez adquirido cierto nivel, éste se mantiene. Se trasmite directamente. Encontrada la materia prima, a ésta se le aplicará para su transformación la industria ya desarrollada.
5.-FUNCIONES SOCIALES.
Si entendemos por organización un conjunto de partes que ejecutan funciones para su dependencia mutua, entonces, cuanto menos avanzada sea la organización más independientes serán sus partes. Por el contrario, cuanto más avanzada sea, mayor dependencia tendrán las partes respecto del conjunto, hasta el punto de que la separación de las partes puede resultar nefasta. De la misma manera que esto es así en los organismos animales, igualmente ocurre en los organismos sociales.
Una sociedad poco avanzada, en la que se da poca especialización, la separación de sus miembros les permitirá hacerse cargo de aquellas funciones necesarias que antes no realizaron. No ocurre lo mismo en una sociedad avanzada; cuando pierde el componente que ejerce la autoridad, no tarda en reemplazarlo, pero corre un alto riesgo de disolverse, pues antes de que se constituya la nueva autoridad se da un periodo de desorden y debilidad.
No es lo mismo que sea reemplazado un individuo que desempeña un oficio que requiere poca maestría, que es le caso de las sociedades simples, que reemplazar en una sociedad avanzada, por ejemplo, a los agricultores en el caso de que se declararan en huelga. Su reemplazo sería muy impreciso.
6.-TIPOS SOCIALES.
Si bien se pueden observar evidentes analogías entre los organismos sociales y los organismos animales, aquellos no serán tan fácilmente clasificables como éstos.
Los agregados sociales propagan sus características de una manera menos decidida que los organismos individuales; a aquellos la influencia del medio les afecta de tal manera que no admiten clasificaciones en base al género, orden o clase.
Fijaremos, pues, dos criterios para clasificarlos. Por su grado de complejidad obtendríamos cuatro categorías: simples, compuestos, doble y triplemente compuestos. Y por su tipo de organización: militares o industriales.
Respecto al grado de complejidad una sociedad simple o básica formaría un todo no sometido a otro y cuyas partes cooperan, con o sin centro regulador, en vista de determinados fines de interés público. A este tipo pertenecerían los pequeños grupos nómadas.
Las sociedades compuestas se caracterizan por un estado en que los grupos simples tienen un jefe subordinado a un jefe general. Comienzan a ser sedentarios, lo que implica el desarrollo de una organización: jerarquía de autoridad, autoridad eclesiástica, división del trabajo, edificios permanentes, etc.
La asociación de estos grupos compuestos nos lleva al tipo de sociedades doblemente compuestas. Totalmente sedentarias, con gobierno avanzado, mayor integración y mayor complejidad en las organizaciones. Se aprecia la aparición de la ley positiva como evolución de la costumbre, así como la aparición de grandes infraestructuras permanentes: ciudades, caminos, etc. Las ciencias y las artes están en un estado más avanzado.
El cuarto tipo, sociedades triplemente compuestas, correspondería a las grandes naciones civilizadas. En ellas cabría establecer una clasificación con base en la estabilidad de sus centros de gobierno.
Estos tipos anteriormente descritos, vienen a constituir fases de composición y recomposición por donde la sociedad debe pasar. Implican unas determinadas pautas por requerir un grado cada vez más complejo de organización.
En cuanto al criterio de actividad social predominante los tipos que se establecen, militar e industrial, corresponderían con los extremos de una gradación. En todas las sociedades se aprecian organizaciones para el ataque o para la defensa, al mismo tiempo que para su mantenimiento es necesaria la actividad industrial. Por lo tanto habrá que observar al respecto qué es lo que predomina.
El tipo militar sería aquel en el que el ejército es toda la nación; la estructura del ejército y de la nación se superponen. El jefe es el mismo en tiempo de guerra como de paz, es la cabeza de una jerarquía despótica en la que todos son esclavos de sus jefes.
La jerarquía religiosa existente también es militar; se fundamenta en la venganza y su dios exige sacrificios sangrientos. Si esta sociedad está muy desarrollada, el jefe supremo y el supremo sacerdote son la misma persona.
Las organizaciones de conservación están orientadas a proveer a la clase guerrera y se encuentran sometidas a una disciplina militar.
La relación existente entre el estado y sus miembros es de entrega absoluta, los derechos individuales no son nada, mientras que los del agregado lo son todo. La sumisión es la virtud suprema. La sociedad militar se basa en una cooperación obligatoria.
A medida que las guerras van siendo menos frecuentes, o se establecen fuera del territorio, van apareciendo instituciones libres a raíz del desarrollo de la agricultura, la industria y el comercio. Es el comienzo del tipo de sociedad industrial.
Este desarrollo conllevará cambios en las organizaciones religiosas y políticas. Aparecen creencias diversas, derechos políticos, el gobierno despótico va dejando paso al gobierno representativo, la unión basada en la fuerza deja paso al compromiso voluntario.
Con base en estas nuevas formas surgen nuevas ideas respecto a las relaciones del estado con sus ciudadanos. Ya no se permitirá a aquél que regule de manera tan amplia los diferentes ámbitos de la vida, lo que dará lugar a una privacidad y al intercambio de servicios. Ningún ciudadano se encontrará esclavizado. Se observará una cooperación voluntaria y el poder de la autoridad emanará de las diferentes clases de ciudadanos.
El contraste principal entre el tipo societal militar y el tipo industrial radica en que en el primero los individuos existen para provecho del estado, mientras que en el segundo, por el contrario, es el estado el que existe para beneficio de los individuos. En este último proliferarán las instituciones destinadas a la cultura, a la estética y a lo intelectual, que no van precisamente dirigidas al sostenimiento de la vida sino a la satisfacción del espíritu.
7.-METAMORFOSIS SOCIALES.
El cambio de la vida nómada a la vida sedentaria supone una metamorfosis tanto en el aparato de conservación como de gasto. Uno u otro se anulan o potencian según el tipo de vida que lleve el agregado, militar o industrial.
Se observa que las sociedades que surgen de otra y que llevan evoluciones semejantes en su desarrollo, madurez y decadencia, son resistentes a las metamorfosis. Pues esa semejanza indica que han llevado una regulación perfecta en su adaptación con el entorno.
Una vez que la sociedad ha llegado a la consolidación del tipo industrial, llama la atención ver como se transforma en militar si surgen conflictos bélicos.
Aquellos caracteres que se basaban en una cooperación voluntaria sufren una metamorfosis. Es suficiente observar lo que ocurre en ciertos países (se refiere a la Alemania, Francia o Inglaterra de su época) para ver que ante la amenaza bélica se despiertan las funciones depredadoras que conllevan la organización de un aparato para la función ofensiva a la vez que defensiva.
Esto supone un retorno al tipo militar de las instituciones, a la cooperación obligatoria. La administración reafirma más su autoridad y respeta menos los derechos particulares. Aparece un sentido paternalista en el estado, y ahora se creerá en la infalibilidad de un Parlamento en lugar de la del Papa.
8.-LO ORGÁNICO Y LO ARTIFICIAL.
Esta idea de sociedad como organismo vivo ha tenido sus antecedentes. Platón ya estableció una comparación del estado con el hombre. Veía la división del trabajo como algo que era necesario establecer, no como algo que surgiera de manera espontanea. Pensaba que a la sociedad podía dársele una forma determinada, pues su comparación entre hombre y estado se fundamentaba en la razón, la pasión y el deseo, que no son estructuras físicas, con el aparato político.
Más tarde Hobbes dirá que la estructura social se basa en algo ficticio: la soberanía absoluta. Ésta adquiere el carácter de alma de la sociedad facilitando un contrato social que permite el desarrollo de la vida mediante la creación de estructuras artificiales.
Tanto Platón como Hobbes cometen el error de comparar las sociedades con el hombre, lo que hace que la analogía sea excesivamente específica y por lo tanto muy criticable.
Por su parte Comte nos dirá que la sociedad con sus aparatos no es una creación artificial, sino un producto de un desarrollo gradual. Si bien evita caer en la artificialidad cuando se refiere al aspecto evolutivo de la sociedad, no podrá evitar caer en artificios cuando propone su regeneración mediante su método positivo.
Hay que dejar claro que la única analogía que existe entre un cuerpo social y un cuerpo vivo es la de “dependencia mutua de las partes que lo integran”.
El organismo social, si bien ha sido ilustrado comparándolo con determinados organismos vivos, no es comparable a ningún tipo particular de organismo animal o vegetal. Tiene su propia individualidad aunque podamos observar en él ciertos principios que coinciden con los de cualquier organismo vivo:
  • Sus elementos obran en provecho del conjunto: cooperan
  • El grado de esta cooperación indica el grado de evolución.
  • Para desempeñar una cooperación superior, los órganos se hacen más complejos.
En definitiva, se puede decir que los organismos vivos y los organismos sociales tienen en común los principios fundamentales de la organización.
 publicado por: MYRIAM TINOCO GUZMAN 


martes, 20 de noviembre de 2012

Herbert Spencer

El pensamiento social de finales del siglo XIX brotó con tanta fuerza de las teorías de la evolución de C. Darwin, que sus ideas principales fueron conocidas como darwinismo social. La segunda mitad del siglo XIX fue un período de entusiasmo revolucionario, tanto en las calles como en las academias, y los políticos, sociólogos, economistas, etc. Se apropiaron de C. Darwin como su principal portavoz intelectual.
 Aunque, como se ha señalado, el darvinismo surgió como una doctrina científica que pretendía explicar el proceso evolutivo, ganó adeptos entre los cultivadores de las ciencias sociales. De esta manera, el término evolución comenzó a aparecer en los libros consagrados a la Antropología, la Sociología, etc. Y es que los planteamientos darvinistas proporcionaban fundamento para la justificación de las corrientes de la época. Ciertamente, la teoría de la selección natural, interpretada como la supervivencia de los más aptos – en el sentido de los más adaptados al estado social –, proporcionaba un medio para explicar – y justificar – los procesos sociales del momento.
 Apoyándose en tal teoría, surgieron propuestas éticas de conducta que buscaban servir mejor a la supervivencia de los aptos. De este modo, H. Spencer, inspirándose en la idea de evolución de las formas de vida y partiendo de los datos proporcionados por las ciencias naturales, desarrolló un sistema ético que pretendía unir, en una sola visión, el mundo de los hechos y el mundo de los valores. En su obra Estática social (Social Statics, 1850) proponía una explicación biológica de la moral o, lo que es lo mismo, una biologización de la ética.

 “Todos debemos admitir que nos guiamos hacia nuestro bienestar corporal por los instintos; también (debemos admitir) que es desde los instintos desde donde brotan aquellas relaciones domésticas por las cuales alcanzamos otros objetos importantes; y (debemos admitir) que ciertos apuntes (certain prompters) que llamamos sentimientos nos aseguran un beneficio indirecto, mediante la regulación de las relaciones sociales. Es entonces probable que exista una especie de mecanismo mental que está todo el tiempo trabajando, y que, puesto que la conducta correcta de cada uno de los seres es necesaria para la felicidad de todos, exista por ello en todos nosotros un impulso que nos incline hacia tal conducta, o, con otras palabras, que todos poseamos un “Sentido moral” (Moral Sense)” Spencer, Social Statics.

Partiendo de ahí y asumiendo que todo en la naturaleza – también la moral – se explicaba según el principio de supervivencia de los más aptos, la postura de H. Spencer buscaba justificar que todos los comportamientos se ordenaban a lograr la conservación de los más capaces, lo que suponía la consecuente desaparición de los ineptos o inadaptados. De este modo, afirmaba que todo mal derivaba de la no adaptación al medio.

“Retengamos en la mente esta verdades: que todo mal proviene de la no adaptación de la constitución a las circunstancias; y que, donde existe tal falta de adaptación, se está continuamente decreciendo por el cambio de constitución que debe darse – y no se da – en función de las circunstancias. Debemos estar preparados para comprender la presente posición de la raza humana” H. Spencer, Social Statics.

Por ello proponía que se mirase a la naturaleza como criterio moral, con el objetivo de que cada uno adaptase su conducta a las exigencias de la naturaleza, para, de este modo, ir a la par con el proceso evolutivo.

“En general, la cuestión depende de la cantidad de sentimientos morales que posean los hombres, o, con otras palabras, depende del grado de adaptación al estado social que los sujetos hayana alcanzado”. H. Spencer

En el Estado moderno, lo natural exigía adaptarse al estado social, servir a este estado. La no adaptación traía como consecuencia el mal. Así, consideraba principio universal que un individuo adulto percibiera beneficios en función directa de su mérito, el cual se mediría por su adaptación al entorno social. Con otras palabras, los individuos mal adaptados sufrirían las condiciones de su existencia, mientras que los mejor adaptados se beneficiarían de su superioridad. De este modo, el que no fuese lo suficientemente fuerte como para subsistir, debería sucumbir.

“El estado actual de progreso pide que toda persona incapaz de bastarse a sí misma, perezca” H. Spencer.

En definitiva, para H. Spencer, el progreso humano quedaba confiado a la supervivencia de los más aptos.

publicao por: Marco Antonio Firo Jimenez
Fuente:http://06darwinismosocial.blogspot.mx/2009/04/2-herbert-spencer.html

Evolucionismo y organicismo sociológico: Herbert Spencer.


Evolucionismo y organicismo sociológico: Herbert Spencer.

Darwin revoluciono en el S.XIX la Biología al exponer su teoría del evolucionismo, esta doctrina se aplica pronto a la Sociología de la mano de Spencer. La primera teoría de Spencer es la teoría evolucionista, para Spencer este evolucionismo queda reflejado del paso de lo “natural” y “biológico” a lo “social” y “moral” . De esta manera considera que primero aparece la especie humana y su constitución como organismo social para, una vez superado ese proceso, pasar a ser una civilización que incorpora una calidad interna o moral a su propia esencia. Según Spencer la sociedad del siglo XIX a cortado esa cadena evolutiva, limitándose a quedarse en un estadio intermedio. Para el autor la evolución pasa por la consecución del Estado liberal y la economía monetaria ya que esta fue la manera de pasar de la familia a la tribu y de la tribu a la sociedad. Llegados a este punto Spencer se separa de la teoría darwinista ya que no condiciona esta evolución a la factores biológicos. Para Spencer el instinto de agresividad primitivo se ve sustituido por otras prácticas sociales. Por tanto se trataría de un darwinista social que considera que el desarrollo moral de la humanidad puede cambiar ese determinismo biológico.
Spencer busca la erudición comprobando como la evolución se cumple también en el desarrollo de la sociedad. Uno de los problemas fundamentales de Spencer es que todas sus investigaciones son de segunda mano, es decir, que no hace trabajos de campo sino que se limita a recoger observaciones de viajeros, curas, etc. Para este autor es así como se puede llegar a estudiar los cambios en la sociedad. Este método deja de lado la ciencia para poder demostrar más fácilmente sus teorías.
La teoría secundaria de Spencer fue la analogía orgánica, en la que asemeja a la sociedad con un organismo biológico. En este paralelismo esta implícita la teoría de la evolución, las analogías son las siguientes:
·         La sociedad y los organismos crecen durante su existencia, no como la materia inorgánica.
·         Al crecer, las sociedades y organismos aumentan en complejidad y estructura.
·         En las sociedades y en los organismos, al llegar a este nivel, se complejizan sus funciones.
·         La evolución crea para sociedades y organismos diferencias de estructuras y funciones que hacen aparecer a su vez otras más complejas.
·         Así como el organismo se considera como el conjunto de varias unidades , las sociedades son organismos compuestas por otros elementos .
Las diferencias , según Spencer , son que los organismos son las sumas de sus unidades , formando un todo , mientras que en las sociedades las unidades son libres . En los organismos la conciencia reside en un solo sitio , en las sociedades la conciencia reside en todos los individuos . En los organismos las unidades están al servicio del beneficio del todo , en las sociedades el todo existe para el beneficio de los individuos . En escritos posteriores Spencer negara la analogía orgánica, cuando fue él el primero en formular esta teoría como científica . Las modernas teorías sociológicas suponen que los organismos y la sociedades se parecen a un sistema , no el uno al otro .
Spencer nunca llego a definir la sociedad , ya que solo se preocupo de los individuos . En cambio Spencer adopta un racionalismo a la hora de explicar la evolución de las sociedades , uno de sus pensamientos mas sociológicos . Otro de sus razonamientos es que en algunas sociedades se pasa de un militarismo al industrialismo . Este tipo de sociedades suelen presentarse de una manera mixta . En las sociedades militares todo se organiza según el criterio militar en forma de pirámide , con jerarquías muy marcadas , la agresión es el principio fundamental de esta sociedad ya que hay que impedir que los rangos inferiores asciendan . Toda la producción esta organizada para satisfacer la milicia ; los miembros de la sociedad deben sacrificar todo por su sociedad siendo la cooperación forzosa . Este tipo de sociedad suele desembocar en el feudalismo .
En la sociedad industrial la autonomía se traslada a los órganos , la autoridad se dispersa sin la obligación de obediencia . La división del trabajo se amplia como antes no se había conocido , siendo la cooperación social voluntaria . El modelo social a seguir es el mercado o librecambio en beneficio mutuo . La extensión de la sociedad es la mejor manera de lograr la paz entre sociedades . En estas sociedades hay algunos rasgos militares que la benefician . Para Spencer no todas las sociedades deben pasar por los mismos estadios en su evolución , sino que puede haber perturbaciones . Estas perturbaciones vienen motivadas por las particularidades de las razas , los efectos producidos por las etapas anteriores , las peculiaridades o costumbres , la situación de la sociedad dentro del conjunto de naciones o la mezcla de razas .
Los primeros fundadores de la Sociología como Comete o Spencer tratan de dar algunas directrices para llevar la política social . Para Spencer los políticos no deben intervenir en la evolución de la sociedad , pues esta tiene un instinto innato de libertad . Asimismo la sociedad eliminara a los “ineptos” y elegirá a aquellos individuos mas sanos e inteligentes , desechando a los viejos e insanos . La sociedad protegería a los individuos , y el Estado debía prescindir de la acuñación de moneda o de la Sanidad ya que interferiría en la evolución natural .
Los antropólogos acusan a Spencer de olvidar el concepto de cultura , ya que esta no evoluciona como Spencer explica . Otras criticas contra Spencer llegaron por las vivencias de otras sociedades que contradicen sus exposiciones , por ello Spencer no las utiliza . El problema de Spencer fue que trato de explicar toda la sociedad mediante una sola teoría , algo cuestionable en la Sociología actual . Además su no intervencionismo lo convierte casi en antirrevolucionario .
 PUBLICADO POR MYRIAM TINOCO GUZMÁN.

MODELO OSLA




MODELO OSLA 



DEFINICIÓN: Propuesta metodológica para generar propuestas en el manejo de la información
OBJETIVO: Secuenciar las actividades necesarias para que los estudiantes puedan avanzar con seguridad en su investigación.


Este modelo canadiense debe su nombre a la sigla inglesa de la institución que lo creó, la Asociación de la Biblioteca de la Escuela de Ontario, Ontario School Library Association Information Studies y es una potente propuesta metodológica para generar Competencias en el Manejo de la Información (CMI). Este modelo va secuenciando las actividades necesarias para que los estudiantes puedan avanzar con seguridad en su investigación. Las etapas y sub etapas de trabajo propuestas son:
1. Prepararse para investigar:
a) Definir.
b) Explorar.
c) Identificar.
d) Relacionar.

En este paso nosotros para preparar nuestra investigación primero definimos que autor seria más conveniente de investigar en cuanto a su persona y teorías, y lo relacionamos con otros sociólogos de importancia. En este caso nuestra mejor opción fue HERBER SPENCER sociólogo, filosofo y antropólogo. 

2. Acceder a los recursos:
a) Localizar.
b) Seleccionar.
c) Recopilar.
d) Colaborar.

Para investigar sobre este personaje lo que hicimos fue indagar en distinta fuentes tales como son el Internet, los libros, ensayos y algunas revistas científicas que se relacionen con el. Recopilamos de distintas maneras información y después toda la juntamos en equipo.
3. Procesar la Información:
a) Analizar / Evaluar.
b) Probar.
c) Seleccionar.
d) Sintetizar.

Seleccionamos la información subrayándola con marca textos después de leerla y darnos cuenta cual es la que utilizamos realmente y nos sirve, cada uno investigo por medio de distintas fuentes y después juntamos toda y dimos opiniones de como nos pareció este autor.
Sintetizamos la información por medio de opiniones y textos de gran importancia. En este pusimos su vida, sus estudios, sus intereses, sus libros, sus obras y lo más importante sus dos teorías que son el evolucionismo y la teoría orgánica.
4. Transferir el Aprendizaje
a) Revisar
b) Presentar
c) Seleccionar
d) Transferir.



Por ultimo revisamos toda la información que estuviera en orden y nuestra presentación por medio de diapositivas bien elaboradas, las cuales seleccionamos con base a la pregunta generadora y las secundarias. Transfiriéndolas  a los compañeros y darles una conclusión bien definida de lo que Herbert Spencer hizo por la humanidad. 

Como podrán notar, la secuencia es muy metódica, paso a paso, complejizando cada vez el trabajo, desde lo puramente teórico, como las definiciones conceptuales a la cabeza de la lista, hasta lo eminentemente práctico que es transferir la información.
PREGUNTA GENERADORA
¿ En que se basan las teorías de Herber Spencer sobre el evolucionismo y la analogía orgánica?

PREGUNTAS SECUNDARIAS 
¿ En que se basa la teoría evolucionista?
¿ En que se basa la teoría de la analogía orgánica?
¿Como define spencer a la sociedad?
¿Como afectan las teorías de spencer en la sociedad?
¿Como ha influido la sociedad industrial en la teoría orgánica de spencer?







SOCIEDADES INDUSTRIALES


HERBERT SPENCER
Enuncia las dos clasificaciones de las sociedades realizadas por H. Spencer, identificando los criterios que utiliza para constituirlas.

Spencer presenta dos clasificaciones de las sociedades, una conformada en base a la complejidad de su organización, la otra basada en la preponderancia de elementos militares o de elementos industriales.
Específicamente, las clasificaciones se dan de la siguiente manera:
Según la complejidad de la sociedad:

Sociedades simples:
En estas sociedades todas las partes son iguales, todas cooperan entre sí por fines comunes y no se identifica ningún tipo de orden jerárquico.
Sociedades compuestas:
Donde las partes se ven sometidas ya a un superior, un encargado de mantener el orden. La mayoría de estas sociedades son sedentarias, pero se pueden encontrar tribus nómadas en este tipo de sociedad.
Sociedades doblemente compuestas:
Aquí los gobiernos son compuestos, y a la vez subordinados a un poder superior. Existe la división del trabajo, ya que existe la actividad industrial. “Las costumbres se han convertido en leyes positivas” , y existe una división jerárquica en la Iglesia.
Sociedades triplemente compuestas:
En estas sociedades existe una estabilidad importante dentro del gobierno, en la cual cada parte del todo mantiene su independencia del centro.
Según el predominio del elemento militar o el elemento industrial:
Sociedad de tipo Guerrero:
Este tipo de sociedad es considerado como de grado inferior al otro tipo (el tipo industrial), ya que, guiándose por la idea de evolución, Spencer considera que en los estados inferiores las actividades defensivas eran las primordiales.
En una sociedad de tipo guerrero la nación es el ejercito, y es que toda su organización tiene un carácter militar, el poder es centralizado y siempre está en manos de un político-guerrero, que tiene poder sobre todos sus inferiores, quienes a su vez pueden también tener inferiores quienes deben subordinárseles.
Aquí la industria no cumple otra función que la de cubrir las necesidades básicas del Estado, quien tiene el poder de dominar todos los ámbitos de la vida de quienes forman parte de la sociedad, y es que todos los individuos tienen la obligación de anteponer los derechos del Estado ante los propios, puesto que el Estado es el “ser” superior cuyos intereses hay que defender. La cooperación se da por coerción, por lo que es ineludible; y el único beneficio que se obtiene es el de la protección del Estado contra amenazas externas.
Sociedad de tipo Industrial:
En este tipo de sociedad (contraria a la anterior) las relaciones de cooperación se dan voluntariamente, desde el intercambio de servicios, hasta cualquier tipo de relación, se dan por mutuo acuerdo y conveniencia de las partes, y no por obligación. La libertad es fundamental, incluso la industria tiene la independencia suficiente como para administrarse y comerciar democráticamente sin intervenciones estatales.
Aquí la cooperación ciudadana llega al punto de tomar funciones que en el otro tipo de sociedad hubiesen sido tarea del Gobierno; y es que la voluntad y la labor ciudadanas se anteponen ante cualquier otra cosa, puesto que su bienestar es el fin de la sociedad y del Estado; todo lo que se lleva a cabo en este tipo de sociedad es hecho con el único fin de promover el bienestar individual.

Los criterios que utiliza para esta división, como mencione antes, son, primero, la complejidad de la organización de la sociedad, es decir, el nivel de división funcional, así como el poder del Estado sobre los individuos, y es que cuanto mas diferenciadas están las funciones de los miembros de la sociedad, mas evolucionada es la sociedad.
El segundo criterio es el de la preponderancia de la fuerza militar o la industria, donde cuanto mas se aleje la sociedad del tipo guerrero mas evolucionada será, puesto que el dominio total del Estado sobre los individuos no permite el desarrollo real de la selección natural.

II b) Explica cómo se articulan dichas clasificaciones con sus perspectivas teóricas
A simple vista se puede ver que las clasificaciones llevadas a cabo por Spencer son guiadas por su pasión por la teoría de la evolución de Darwin. Es más, podríamos decir que la mayoría de sus postulados son guiados por esta idea de que los seres vivos (y, para Spencer, también las sociedades) son susceptibles a una complejización a través del tiempo.
Cuando el autor habla de una clasificación según la complejidad de la sociedad, habla de una clasificación basada en que cuanto más evolucionada está esa sociedad, mayor será la heterogeneidad de sus partes y por tanto será más compleja. La visión organicista de Spencer nos lleva a comparar a la sociedad con un organismo vivo, donde cada parte posee una función, y cuanto más variadas sean las partes y sus funciones, el organismo/la sociedad más complejo será, y, por lo tanto, podemos hablar de una mayor evolución.
En la clasificación según la primacía de la actividad militar o industrial, podemos encontrarnos con lo mismo: en una sociedad de tipo militar encontramos grupos bastante homogéneos, donde sus integrantes cumplen todos más o menos las mismas funciones (defensa, uso de armas, etc.). Mientras tanto, una sociedad industrial, cuanto más desarrollada esta, mas heterogénea es, cada parte cumple una función, ya sea social o industria, por lo que cada individuo es irremplazable.
Las sociedad, a medida que van avanzando, se van integrando. En un principio se dan uniones coercitivas (los individuos se unen unos a otros por coacción), y a medida que se evoluciona los lazos comienzan a ser voluntarios, incentivados por la dependencia que genera la división funcional en la comunidad.
El paso de una sociedad militar a una industrial se da cuando, eventualmente, y luego de que los individuos reciban los beneficios del Estado (Ej: protección), estos sean lo suficientemente fuertes como para separarse y comenzar una nueva división, mucho mas amplia. 

PUBLICADO POR: MYRIAM TINOCO GUZMÁN 


lunes, 19 de noviembre de 2012

Para entender mejor ...






Evolucionismo y organicismo sociológico : Herbert Spencer. 
Darwin revoluciono en el S.XIX la Biología al exponer su teoría del evolucionismo , esta doctrina se aplica pronto a la Sociología de la mano de Spencer . La primera teoría de Spencer es la teoría evolucionista , para Spencer este evolucionismo queda reflejado del paso de lo "natural" y "biológico" a lo "social" y "moral" . De esta manera considera que primero aparece la especie humana y su constitución como organismo social para , una vez superado ese proceso , pasar a ser una civilización que incorpora una calidad interna o moral a su propia esencia . Según Spencer la sociedad del siglo XIX a cortado esa cadena evolutiva , limitándose a quedarse en un estadio intermedio . Para el autor la evolución pasa por la consecución del Estado liberal y la economía monetaria ya que esta fue la manera de pasar de la familia a la tribu y de la tribu a la sociedad . Llegados a este punto Spencer se separa de la teoría darwinista ya que no condiciona esta evolución a la factores biológicos . Para Spencer el instinto de agresividad primitivo se ve sustituido por otras practicas sociales . Por tanto se trataría de un darwinista social que considera que el desarrollo moral de la humanidad puede cambiar ese determinismo biológico. 

Spencer busca la erudición comprobando como la evolución se cumple también en el desarrollo de la sociedad . Uno de los problemas fundamentales de Spencer es que todas sus investigaciones son de segunda mano , es decir , que no hace trabajos de campo sino que se limita a recoger observaciones de viajeros , curas , etc. . Para este autor es así como se puede llegar a estudiar los cambios en la sociedad . Este método deja de lado la ciencia para poder demostrar mas fácilmente sus teorías . 

La teoría secundaria de Spencer fue la analogía orgánica , en la que asemeja a la sociedad con un organismo biológico . En este paralelismo esta implícita la teoría de la evolución , las analogías son las siguientes :

· La sociedad y los organismos crecen durante su existencia , no como la materia inorgánica . 
· Al crecer , las sociedades y organismos aumentan en complejidad y estructura . 
· En las sociedades y en los organismos , al llegar a este nivel , se complejizan sus funciones . 
· La evolución crea para sociedades y organismos diferencias de estructuras y funciones que hacen aparecer a su vez otras mas complejas . 
· Así como el organismo se considera como el conjunto de varias unidades , las sociedades son organismos compuestas por otros elementos . 

martes, 13 de noviembre de 2012



HERBERT SPENCER
Herbert Spencer (Derby27 de abril de 1820 - Brighton8 de diciembre de 1903) fue un naturalistafilósofopsicólogo y sociólogo británico. Se dice comúnmente que promovió el darwinismo social en Gran Bretaña (sin embargo esta afirmación es historiográficamente discutible)1 y fue uno de los más ilustres positivistas de su país. Ingeniero civil y de formación autodidacta, se interesó tanto por la ciencia como por las letras.
Desde el punto de vista sociológico cabe considerarle como el primer autor que utilizó de forma sistemática los conceptos de estructura y función. Por otra parte, concibió la sociología como un instrumento dinámico al servicio de la reforma social. Dedicó su vida a elaborar su sistema de filosofía evolucionista, en la que considera la evolución natural como clave de toda la realidad, a partir de cuya ley mecánico-materialista cabe explicar cualquier nivel progresivo: lamateria, lo biológico, lo psíquico, lo social, etc.
En sus lecturas conoció la teoría de la evolución expuesta en el siglo XIX por el naturalista Charles Darwin. Su teoría fundacional para la biología moderna sostenía que los organismos biológicos evolucionan adquiriendo nuevos rasgos por adaptación al medio ambiente que se hacen hereditarios. Las teorías deLamarck sobre la evolución influyeron profundamente en la obra de Spencer.
Para Spencer nada, incluidas las tendencias humanitarias, debe interferir con las "leyes naturales", que implican que el "más apto" es quien sobrevive y los demás perecen. Sin embargo, y a pesar del nombre de sus ideas, Spencer no aceptaba la teoría de Darwin, proponiendo una versión del lamarquismo, de acuerdo a la cual los «órganos» se desarrollan por su uso (o degeneran dado la falta de uso) y esos cambios se transmiten de una generación a otra. Para Spencer, la sociedad es también un organismo, evolucionando hacia formas más complejas de acuerdo a la «ley de la vida», es decir, de acuerdo al principio de la sobrevivencia del más fuerte, tanto a nivel individual como de sociedades. Consecuentemente, Spencer se oponía —radicalmente— a todas las manifestaciones de «socialismo», tales como la educación pública generalizada u obligatoria, bibliotecas públicas, leyes de seguridad industrial, y, en general, a toda legislación o proyecto social.
Aplicó la teoría de la evolución a las manifestaciones del espíritu y a los problemas sociales, entre ellos el de la educación, con su obra Educación: intelectual, moral, física. Su doctrina quedó principalmente expuesta en su Sistema de filosofía sintética (11 volúmenes). De su extensa bibliografía, cabe mencionar: La estática social (1850), Principios de psicología (1855), Primeros principios (1862), Principios de biología (1864), La clasificación de las ciencias (1864), La sociología descriptiva (1873), Principios de sociología (1877-1896) y El individuo contra el Estado (1884). Políticamente, desde la década de 1880 ingresó en la Liberty and Property Defence League, la cual en buena parte estaba influenciada por sus ideas.
Desde el punto de vista sociologico, Spencer la define como "la historia natural de las sociedades", dicho de otro modo: un orden entre los cambios estructurales y funcionales que experimentan las sociedades. La sociología de Spencer se centra en los fenómenos macrosociales (agregados sociales) así como en sus funciones.
Varios autores criticaron el a veces extremado realismo de Spencer (por sus semejanzas con el mecanicismo); entre ellos destacó el filósofo y psicólogo escocés Alexander Bain. A pesar de que Spencer no logró crear escuela, su ambicioso intento de sistematizar todo el conocimiento dentro del marco de la ciencia moderna y especialmente en términos de la evolución, le ha hecho merecedor de figurar entre los principales pensadores de finales del siglo XIX.

Terorías de Spencer sobre la educación.


En su obra “estática social” se pregunta por que es necesaria la educación, ya que creía que el niño crecería espontáneamente asta convertirse en un ser humano normal, como ocurre en la naturaleza. Puesto que la educación debe de reprimir a los niños las características del hombre incivilizado, siendo en todo caso la educación una forma de obligar a que se desaparezcan la imperfecciones de ser humano, de esta forma es innecesario y de acuerdo con las leyes de la naturaleza la educación evoluciona como consecuencia de su adaptación a los cambios en la sociedad.

Entendía que a mediad que la sociedad evoluciona, de conformidad con sus leyes, no habría necesidad de una educación organizada e incluso lo que puede hacer es únicamente retrasar el proceso de cambio social, a comparación de las afirmaciones actuales que dicen que la educación es la única forma de cambiar a la sociedad.

Dos de sus principios fundamentales hacen un análisis de la educación: el primero que la educación sigue una evolución parecida a la de los individuos y a la sociedad, el segundo acerca de la heterogeneidad de los sistemas de educación en el proceso de evolución y se quejaba de lo que se enseñaba en las escuelas no tenia ninguna utilidad practica y por ultimo sostiene que no es posible perfeccionar un sistema de educación hasta que no se haya determinado una psicología racional.

EL EVOLUCIONISMO
Algunos llaman a esta teoría spencerismo, debido a que su autor fue el británico Herbert Spencer (1820-1903).
La teoría evolucionista posee una ley general aplicable al universo entero, desde luego incluido el estudio de la sociedad. Esta ley general constituye la síntesis de siete leyes concebidas originalmente por Spencer. De ellas, las tres primeras son básicas y las restantes cuatro son complementarias.
Ley de la persistencia de la fuerza.
• Ley de la indestructibilidad de la materia.
• Ley de la continuidad del movimiento.
• Ley de la persistencia de la relación entre las fuerzas.
• Ley de la transformación y equivalencia de las fuerzas.
• Ley del movimiento desde la menor resistencia hasta la mayor atracción, y
• Ley de la alternación o del ritmo del movimiento.
La ley general aludida es la expresión unitaria del resultado de las siete leyes enlistadas. La ley general de la evolución establece que, a partir de una homogeneidad indeterminada e incoherente, se transita hacia una heterogeneidad bien definida y coherente.
Spencer explica así la evolución natural y social, esta última en la transición de la familia a la tribu, posteriormente al pueblo para culminar con elEstado.
Concibe dos tipos de sociedad, partiendo de sus estructuras fundamentales: la sociedad militar y la sociedad industrial. A la sociedad militar le atribuye las características que a continuación se expresan:
• Gobierno centralizado (monárquico, por lo general).
• Prioridad para la satisfacción de las necesidades de la guerra.
• Régimen coercitivo.
• Religión autoritaria.
• Estratificación rígida de clases.
• Cultura predominantemente masculinista.
• Regulación absoluta de los aspectos vitales de la sociedad.
• El hombre al servicio de la comunidad.
• En la sociedad industrial, Spencer advierte estas características:
• Tendencia hacia la democracia y la paz.
• Existencia de múltiples centros de vida económica.
• El poder lo comparten una gran cantidad de individuos.
El Estado al servicio del hombre.
Spencer impugna al socialismo por su evidente inclinación a incrementar la intervención del Estado, pues considera que esto siempre conduce a la implantación de comunidades militarizadas.
También fue un severo crítico de Comte, y es autor de una segunda teoría, la de la analogía orgánica, que más adelante trato, y en la que compara, para determinados fines, a la sociedad con un organismo biológico.
Spencer alcanzó gran popularidad, sobre todo después de 1852, después de su visita a los Estados Unidos, en donde sus ideas fueron acogidas con gran entusiasmo.
En realidad, no se exagera cuando se afirma que Spencer es el segundo padre de la sociología. Sus ideas predominaron de manera exclusiva durante más de tres décadas. Y aunque al final de su vida él mismo advirtió la declinación de la vigencia de su teoría, ésta dio origen a otras escuelas sociológicas que, alternativamente, enfocaron sus estudios, no a partir de una determinada fase evolutiva de la sociedad, como hace el evolucionismo, sino enfatizando sus análisis en trono a la estructura y funcionamiento de la sociedad, soslayando abiertamente el estudio de las etapas del desarrollo social.
La obra de Herbert Spencer ha jugado un rol importante en el desarrollo de las ideas
evolutivas ya que este constituye un fuerte intento de considerar la continuidad entre los
procesos naturales y la vida social. En este sentido, el punto mas remarcable del
pensamiento de Spencer reside en su esfuerzo por extender la idea de evolución a todas
las esferas de desarrollo. Conformando así, un mismo plano que va desde el sistema
solar a la evolución de las especies y el desarrollo de la sociedad (Peel, 131). Sin
embargo, como puntualiza Capek, hemos enfrentado por mucho tiempo la extraña
situación por la cual mucho de las ideas de Spencer han caído en el olvido mientras que
algunas de sus ideas mas retardarias todavía habitan secretamente las ciencias sociales.
La teoría de la Evolución de Spencer y su influencia ha sido a veces cuestionada en la
sociología por el excesivo organicismo y linealidad subyacente en su obra,
especialmente en sus Principios de Sociología (Spencer, 1893). Sin embargo, como
veremos, el organicismo de Spencer no puede ser considerado la principal causa del
determinismo que prevalece en su Ley de la evolución.
En su Principios de Sociología (Spencer, 1893), Spencer naturaliza a la sociedad al
considerarla como un organismo social que posee las mismas funciones y estructura que
los organismos vivos. Así, se considera que la evolución de la sociedad posee las
mismas propiedades que la evolución de los organismo y por lo tanto se encuentra atada
a procesos naturales tales como el crecimiento y los procesos de envejecimiento del
organismo. Para este enfoque, no existía ninguna diferencia entre el desarrollo de la
sociedad y las leyes que gobiernan la evolución de la naturaleza. Para Spencer,
literalmente una “sociedad es un organismo” (Spencer, 1983:437).
Esta analogía establecía para Spencer el progresivo proceso de diferenciación y
crecimiento en complejidad de las sociedades, “desde lo mas general a lo mas
especial”(Spencer, 1893: 463), en una serie sucesiva y pre-determinada de etapas las
cuales solamente podían ser aceptadas pasivamente por el hombre.
Indudablemente, el uso inflexible de esta metáfora se encuentra una de las principales
razones detrás del alejamiento casi universal de la teoría orgánica de la sociedad,
durante los comienzos del siglo XX (Tönnies, 569). De todos modos, al subrayar el
fracaso de la analogía orgánica de Spencer no estamos todavía descubriendo las razones
últimas de su determinismo. Por lo demás, sí nos detenemos únicamente en este puntocorremos el riesgo de permanecer bajo la influencia de los aspectos mas reaccionarios
del determinismo de Spencer sin tener siquiera la posibilidad de criticarlos. En este
sentido, debemos reconocer que el determinismo evolucionista de Spencer no surge de
su relación con las teorías biológicas de la evolución. Al mismo tiempo, dicho
determinismo tampoco puede ser comprendido solamente a través de la relación con la
teoría de la Selección Natural darwiniana. En vez de ello, la teoría de la evolución de
Spencer emerge de la relación con los recientes desarrollos en física que llevarían al
fortalecimiento del programa mecanicista y de su intento de explicar la totalidad de los
fenómenos físicos.
Las primeras ideas evolucionistas de Spencer datan de 1840 (Peel, 131), y es en su
Teoria de la evolución, deducida de la Ley General de Fertilidad Animal (Spencer,
1893) donde Spencer crea la famosa frase “la supervivencia del mas apto”. En este
ensayo Spencer casi anticipa a Darwin en la concepción de un mecanismo auto
regulatorio de la población que indirectamente afirmaba la variación de las especies
(Peel, 138). No obstante, los primeros borradores de su Ley de la Evolución fueron
originalmente trazados en su ensayo: El progreso, su ley y causa (Spencer, 1983: 38-
52). En este trabajo y tomando ideas de la biología, Spencer argumentará que el
progreso es un proceso de constante diferenciación de lo homogéneo hacia lo
heterogéneo que sigue las leyes del desarrollo orgánico. Pero, es al describir esta ley de
desarrollo biológico que Spencer notará la necesidad de buscar por una causa universal
ultima que pueda fundamentar el proceso de diferenciación (Spencer, 1983: 46). De este
modo, Spencer pretenderá que detrás de cada cambio, sea este orgánico o inorgánico,
debería existir una fuerza subyacente y que esta fuerza debería ser considerada la causa
del progreso hacia complejidades crecientes.
Aunque Spencer se preocupa en este ensayo por describir la Ley del Progreso como un
proceso de diferenciación que se encuentra mas allá del control humano, todavía es
incapaz de precisar aquí el “atributo fundamental” que, de acuerdo a su visión dirige
todo el proceso evolutivo. El pasaje desde la simple ley del progreso hacia la Ley de la
Evolución será desarrollada solamente en sus Primeros Principios (Spencer, 1908). Es
en este libro donde Spencer logrará finalmente su deseo de desarrollar una completa
teoría de la evolución de carácter deductivo.
En un fragmento de su Autobiografía (Spencer, 1904), Spencer describe la decisiva
influencia permite plasmar el cambio desde su “indefinida idea de progreso paso a ser
una idea definitiva de evolución” (Spencer, 1904: 12). Este pasaje fue logrado a travésdel contacto con los recientes cambios en el campo de la física clásica, los cuales que
abrieron la posibilidad de considerar la unidad de los fenómenos físicos tales como la
luz, el calor, el movimiento y el magnetismo bajo el marco de los principios
mecanicistas (Harman, 3). Como resultado de este encuentro Spencer buscará traducir el
principio de conservación de la fuerza al análisis de la evolución mediante el uso de una
idea mas dinámica: “La persistencia de la fuerza”(Spencer, 1908:149)
Con todo, Spencer llevará la idea de “persistencia de la fuerza” y el programa
mecanicista bastante mas allá del recientemente renovado marco de la física, incluyendo
no solo eventos inorgánicos sino también orgánicos y aun sociales. Así,  la
omnipresente dinámica de la “persistencia de la fuerza” le permitirá a Spencer intentar
la construcción de una filosofía sintética que proclama la continuación de todo cambio
evolutivo.
Este movimiento es fundamental para entender el contraste entre la evolución
irreversible de Darwin y la Ley de la Evolución de Spencer. Es precisamente la
adopción por parte de Spencer de un marco teórico proveniente de la física lo cual
define esta diferencia y la razón por la cual Spencer se ve compelido a pensar la
evolución en términos de leyes inmutables y en ultima instancia de tiempo reversible.
De esta forma:
“[...] Evolución es definible como un cambio desde una homogeneidad incoherente hacia una
homogeneidad coherente, acompañando la disipación del movimiento y la integración de la
materia” (Spencer, 1908: 291)
El movimiento progresivo de la Ley de la Evolución se encuentra firmemente apoyado
en las leyes del movimiento y de transformación de la materia que siempre siguen “la
línea de la mayor atracción o la línea de menor resistencia o la resultante de las dos”
(Spencer, 1904: 184). Por lo tanto, las bases de la ley de la evolución spencerianas
descansan en una concepción mecánica de la naturaleza que estaba muy relacionada al
modelo cinético corpuscular.
Siguiendo a Capek (1961), esta extendida visión de la naturaleza puede ser resumida de
al siguiente forma:
 Una de las principales influencias que Spencer mencionaba era el trabajo de W.R. Grove: Correlation of
physical forces, que popularizaba las teorías de indestructibilidad y conservación de las fuerzas naturales
(Harman, 35)1. “La materia, la cual es discontinua en su estructura, esto es, hecha de unidades rígidas y
absolutamente compactas, se mueve a través del espacio de acuerdo a las leyes estrictas de la
mecánica”
2. “Todas las diferencias cualitativas aparentes en la naturaleza se deben a la diferencia en la
configuración del movimiento de estas unidades básicas o agregados”
3. “Todos los cambios cualitativos aparentes son meramente efectos superficiales del
desplazamiento de las unidades elementales o de sus agregados”
4. “Toda interacción entre los corpúsculos básicos se debe exclusivamente al impacto directo. La
acción a distancia es un mero artificio del discurso” (Capek, 1961: 79. Mi traducción)
Esta extensa cita nos permite tener una imagen completa de las principales
características del mecanismo que limitaba la concepción spenceriana de la evolución.
No sólo el cambio estaba condenado a ser lineal y progresivo sino que esta concepción
también  excluye cualquier noción de potencialidad. Para Spencer, el resultado de la
evolución era predeterminado y esencialmente algo inmodificable. Por lo tanto, es como
si todo cambio evolutivo fuera dado de una vez y para siempre y no existieran chances
de divergencia.
Dentro de esta concepción, era ya imposible concebir la acción social como la
capacidad de modificar el curso de la historia. Por otro lado, como Spencer postula que
la evolución culmina en el hombre, las categorías de conocimiento quedan fijadas en el
actual modo de pensamiento. De esta manera, no existía ninguna posibilidad de que su
concepción de la sociología evolutiva cuestionara el mecanismo de evolución o el modo
establecido del conocimiento. La única tarea de la ciencia era, para Spencer, la
continuación del trabajo de “descubrimiento” de las leyes de la naturaleza hasta que sus
últimos acertijos estuvieran resueltos.
La ley general de la evolución: la alternancia de evolución y disolución

El ideal de Spencer de una síntesis filosófica completa exige un estudio sistemático del mundo inorgánico a la luz de la idea de la evolución. E indica Spencer que si tal tema hubiera sido tratado en el Sistema de filosofía, "habría llenado dos volúmenes, uno dedicado a la Astrogenia y otro a la Geogenia". De hecho, sin embargo. Spencer se limita, en la filosofía especial, a la biología, la psicología, la sociología y la ética. Alude, por supuesto, a algunos temas de astronomía, física y química, pero el Sistema no ofrece un tratamiento sistemático de la evolución en el mundo inorgánico.

Puesto que limitaciones de espacio nos impiden hacer una recapitulación de todas las partes del sistema de Spencer, me he propuesto prescindir de la biología y la psicología y ofrecer en este apartado algunas notas sobre sus ideas sociológicas y políticas, dedicando el apartado próximo a la ética.

El sociólogo estudia el crecimiento, la estructura, las funciones y los productos de las sociedades humanas. La posibilidad de una ciencia sociológica está dada por el hecho de que los fenómenos sociales presentan una relación ordenada de causa a efecto, que permite la predicción; lo cual no queda anulado por el hecho de que las leyes sociales sean estadísticas y las predicciones, en este campo, aproximadas. "Sólo una mitad de la ciencia es ciencia exacta." Lo que se requiere es la posibilidad de generalización, no la exactitud cuantitativa. En cuanto a la utilidad de la sociología, Spencer sostiene, de un modo un tanto vago, que si es posible percibir un orden en los cambios estructurales y funcionales por los que pasa la sociedad, "el conocimiento de tal orden difícilmente dejará de influir en nuestros juicios sobre lo que es progresivo y retrógrado, lo que es deseable, lo que es factible, lo que es utópico".

Al considerar la lucha por la existencia en el proceso evolutivo general, encontramos analogías evidentes entre las esferas inorgánica, orgánica y superorgánica (social). El comportamiento de un objeto inanimado depende de las relaciones entre sus propias fuerzas y las fuerzas externas a las que se encuentra expuesto. De igual modo, el comportamiento de un cuerpo orgánico es el resultado de las influencias combinadas de su naturaleza intrínseca y su ambiente, sea éste inorgánico u orgánico. Además, toda sociedad humana "manifiesta una se­rie de fenómenos atribuibles al carácter de sus individuos y a las condiciones en las que éstos existen".

Sin duda es cierto que ambos grupos de factores, intrínsecos y extrínsecos, no permanecen estáticos. Por ejemplo, el poder humano -físico, emotivo e intelectual- se ha desarrollado a lo largo de la historia, mientras la sociedad en desarrollo ha producido cambios notables en su ambiente orgánico e inorgánico.

Además, los productos de la sociedad en desarrollo -sus instituciones y creaciones culturales- son causa de nuevas influencias. Más aún: cuanto más se desarrollen las sociedades humanas, tanto más reaccionarán la una frente a la otra, es decir, el factor superorgánico tendrá aún mayor importancia. Pero, a pesar de la complejidad creciente de la situación, en las tres esferas es discernible análoga influencia recíproca de fuerzas intrínsecas y extrínsecas.

Aunque hay una continuidad entre las esferas inorgánicas, orgánicas y superorgánicas, se da también una discontinuidad. Si se da una similitud, se da también una desigualdad. Consideremos, por ejemplo, la idea de la sociedad como organismo. Como en el caso del cuerpo orgánico en el sentido propio del término, el crecimiento de la sociedad va acompañado de una progresiva diferenciación de estructuras, que desembocan en una progresiva diferenciación de funciones. Pero este punto de semejanza entre el cuerpo orgánico y la sociedad humana constituye también un punto de discrepancia entre ambos y el cuerpo inorgánico. Porque, según Spencer, las acciones de las distintas partes de un objeto inorgánico no pueden considerarse propiamente funciones. Además, hay una diferencia importante entre el proceso de diferenciación en un cuerpo orgánico y el mismo proceso en el organismo social. Porque en el último no encontramos ese tipo de diferenciación que en el primero da lugar a la conversión de una sola parte en el órgano de la inteligencia, Y de otras partes en órganos sensoriales, mientras que otras no se convierten. En el cuerpo orgánico "la conciencia se concentra en una pequeña parte del total", en tanto en el organismo social "está difundida por todo el conjunto: todas las unidades son capaces de felicidad y miseria, si no en igual grado, por lo menos en grados aproximados".

Un defensor entusiasta de la interpretación de la sociedad política como organismo podría, por supuesto, tratar de encontrar analogías específicas entre la diferenciación de funciones en el cuerpo orgánico y en la sociedad. Pero esto le llevaría a decir, por ejemplo, que el gobierno es análogo al cerebro y que las demás partes de la sociedad deberían dejar al gobierno la función de pensar y limitarse a obedecer sus decisiones. y éste es precisamente el tipo de conclusión que Spencer quiere evitar. Insiste, pues, en la relativa independencia de los miembros individuales de la sociedad política y niega el argumento de que la sociedad sea un organismo en el sentido de que sea algo más que la suma de sus miembros y posea un fin distinto de los fines de sus miembros. "Y así, puesto que no existe un sensorio social, no debe buscarse el bienestar del conjunto, considerado aparte del de sus miembros. La sociedad existe para el bien de sus miembros; no los miembros para el bien de la sociedad." En otras palabras, podemos decir que las piernas y los brazos existen para el bien de todo el cuerpo, pero en el caso de la sociedad hay que decir que el todo existe para las partes. La conclusión de Spencer, en cualquier caso, es clara. Y aun cuando sus argumentos a veces son oscuros y complicados, queda claro que en su opinión la analogía de un organismo, aplicada a la sociedad política, no sólo lleva a conclusiones falsas, sino que es peligrosa.

La situación es, de hecho, la siguiente: la decisión de Spencer de aplicar la idea de la evolución a todos los tipos de fenómenos le lleva a hablar de la sociedad política del Estado como de un superorganismo. Pero puesto que es un decidido defensor de la libertad individual contra las exigencias y los abusos del Estado intenta extirparle a tal analogía su aguijón, indicando las diferencias esenciales entre el cuerpo orgánico y el cuerpo político. Y lo hace sosteniendo que si bien el desarrollo político es un proceso de integración, en el sentido de que los grupos sociales crecen y las voluntades individuales se funden entre sí, es también un paso de la homogeneidad a la heterogeneidad, de forma que la diferenciación tiende a aumentar. Por ejemplo, con el progreso de la civilización hacia el moderno Estado industrializado, las diferencias de clases de las sociedades más primitivas tienden -así lo cree Spencer- a convertirse en menos rígidas e incluso a desaparecer. Y ésta es una seña  de progreso.

La posición de Spencer depende en parte de su tesis de que" el estado de homogeneidad es un estado inestable; y donde hay ya cierta heterogeneidad, se tiende a una heterogeneidad mayor". Atendida esta idea del movimiento evolutivo, evidentemente se sigue que la sociedad cuya diferenciación sea relativamente mayor, estará más desarrollada que aquella en la cual se dé una diferenciación relativamente menor. Al propio tiempo está claro que el punto de vista de Spencer depende también de un juicio de valor, a saber, que la sociedad en la cual la libertad individual esté muy desarrollada es más digna de admiración y de aprecio intrínsecamente que la sociedad en la que haya menos libertad individual. En efecto, Spencer cree que la sociedad que encarne el principio de libertad individual es más digna de sobrevivir que las sociedades que no encarnen tal principio. Y esto puede entenderse como un juicio meramente empírico. Pero, en cualquier caso, yo creo que Spencer considera que el primer tipo de sociedad es más digno de sobrevivir porque su valor intrínseco es mayor.

Dejando aparte los estudios de Spencer sobre las sociedades primitivas y su desarrollo, puede decirse que concentra su atención principalmente en la transición del tipo de sociedad militarista o militante al tipo de sociedad industrial. La sociedad militante es básicamente "aquella en la cual el ejército es la nación movilizada en tanto la nación es el ejército en estado no activo, y en la cual, por lo tanto, el ejército y la nación tienen una estructura común".No cabe duda de que tal tipo de sociedad puede experimentar un cierto desarrollo. Por ejemplo, el líder militar llega a ser la cabeza civil o política, como en el caso del emperador romano; ya la larga, el ejército se convierte en una rama profesional especializada de la comunidad, en lugar de coincidir con la población masculina adulta. Pero en la sociedad militante en general la integración y la cohesión son elementos dominantes. El fin primordial es la protección de la sociedad, en tanto la protección de los miembros individuales importa sólo en cuanto es un medio para alcanzar el fin primario. Además, en este tipo de sociedad se exige "una disciplina constante y "la individualidad de cada miembro queda tan subordinada en lo que se refiere a la vida, la libertad y la propiedad, que en gran parte o totalmente es propiedad del Estado". Más aún, puesto que la sociedad de tipo militante tiende a la autosuficiencia, "la autonomía política pretende ir acompañada de la autonomía económica". La Alemania del Nacional Socialismo sin duda hubiera sido, para Spencer, un buen ejemplo del renacimiento de la sociedad de tipo militante en la nueva era industrial.

Spencer no niega que la sociedad de tipo militante tenía un papel esencial a jugar en el proceso de evolución considerado como una lucha por la existencia en la cual sobrevive el más apto. Pero sostiene que aunque el conflicto intersocial fue necesario para la formación y crecimiento de las sociedades, el desarrollo de la civilización hace la guerra cada vez más inútil. La sociedad de tipo militante se convierte, así, en un anacronismo, y es necesaria la transición a lo que Spencer llama sociedad de tipo industrial. Lo que no significa que cese la lucha por la existencia, sino que cambia de forma convirtiéndose en "la lucha industrial por la existencia", en la cual tiene más probabilidades de sobrevivir aquella sociedad que produzca "la mayor cantidad de individuos mejores, individuos mejor adaptados a la vida del estado industrial". De este modo Spencer trata de evitar la acusación de que llegado al concepto de sociedad industrial, abandona la idea de lucha por la existencia y de la supervivencia del más apto.

Sería un grave error suponer que por sociedad de tipo industrial Spencer entienda simplemente una sociedad en la cual los ciudadanos se ocupen, exclusiva y principalmente, de la vida económica de la producción y la distribución. Porque la sociedad industrial entendida en este estrecho sentido sería compatible con una regulación total del trabajo por el Estado. Y es precisamente este elemento de coacción el que Spencer trata de excluir. En el nivel económico, Spencer se refiere a una sociedad dominada por el principio del laissez faire. Así, desde su punto de vista, los Estados comunista y socialista estarían muy lejos de ejemplificar la esencia de la sociedad de tipo industrial. La función del Estado consiste en mantener la libertad y los derechos individuales y, en caso necesario, juzgar entre derechos antagónicos. No es función del Estado interferir positivamente en las vidas y conducta de los ciudadanos, excepto cuando tal interferencia se requiera para la conservación de la paz interior.

Con otras palabras, en la sociedad de tipo industrial ideal, según la interpretación que Spencer da del término, adquieren más importancia los miembros considerados como individuos que la totalidad, la sociedad como conjunto. "Bajo el régimen industrial la individualidad del ciudadano, en lugar de quedar sacrificada a la sociedad, debe ser defendida por ella. La defensa de tal individualidad viene a ser el deber esencial de la sociedad." Es decir, la función cardinal del Estado viene a ser la de juzgar equitativamente los derechos antagónicos de los ciudadanos en tanto individuos y la de impedir la violación de la libertad de un hombre por otro.

La tesis de Spencer de la aplicabilidad universal de la ley de evolución evidentemente le obliga a sostener que el movimiento evolutivo tiende al desarrollo del Estado de tipo industrial, considerado por Spencer -de un modo un tanto optimista- como una sociedad esencialmente pacífica. Pero las tendencias del Estado a intervenir y a imponer reglas, manifestadas en las últimas décadas de la vida de Spencer, le indujeron a expresar su temor por lo que él llamó "la próxima esclavitud" y a atacar violentamente cualquier tendencia del Estado o de alguno de sus órganos a considerarse absoluto. "La gran superstición política del pasado fue el derecho divino de los reyes. La gran superstición política del presente es el derecho divino de los parlamentos." Además, "la función del 'liberalismo' en el pasado consistió en limitar los poderes de los reyes. La función del verdadero 'liberalismo' en el futuro será la de limitar los poderes de los 'parlamentos' ".

Evidentemente, en este decidido ataque a "la próxima esclavitud" Spencer no podía referirse simplemente a la labor automática de cualquier ley de evolución. Sus palabras están claramente inspiradas por una apasionada convicción del valor de la libertad y de la iniciativa individuales, convicción que es reflejo del carácter y temperamento de un hombre que jamás y en ninguna época de su vida se inclinó ante la autoridad constituida por el simple hecho de serlo. Y es un hecho digno de mención que Spencer extendió su ataque a lo que él consideraba abusos del Estado con respecto a la libertad privada, hasta el punto de condenar la legislación de las fábricas, la inspiración sanitaria de los oficiales del gobierno, la administración estatal de Correos, la ayuda estatal al pobre y la educación estatal. No es preciso decir que no condenaba la reforma como tal, ni la caridad ni la existencia de hospitales y escuelas. Pero insistió siempre en que tales proyectos debían organizarse voluntariamente, oponiéndose a la acción, la administración y el control del Estado. Con pocas palabras, su ideal era una sociedad en la cual, como él decía, el individuo lo fuera todo y el Estado nada, en oposición a la sociedad de tipo militante en la 'cual el Estado lo es todo y el individuo nada.

La identificación que hace Spencer de la sociedad de tipo industrial en una sociedad pacífica y antimilitarista puede parecer rara a menos que afirmemos su verdad por definición. y su defensa, llevada hasta el extremo, de la política del laissez-faire, puede parecernos excéntrica o, cuando menos, residuo de una perspectiva caduca. Spencer parece no haber entendido, como lo entendió Mill, por lo menos en parte, y como lo entendió más plenamente un idealista como T. H. Green, que la legislación social y la llamada interferencia del Estado pueden muy bien ser requeridas para salvaguardar los legítimos reclamos de todo ciudadano individual a llevar una vida humana decente.

Al propio tiempo, la aversión de Spencer por la legislación social (la cual hoy en día se da por asegurada por la vasta mayoría de ciudadanos en Gran Bretaña), no debe oscurecernos el hecho de que Spencer, al igual que Mill, vio los peligros de la burocracia y de cualquier exaltación del poder y las funciones del Estado que tendiera a extinguir la libertad y la iniciativa individuales. En cualquier caso, creo que la preocupación por el bien común lleva a una aprobación de la actividad estatal hasta un grado muy superior al que Spencer estaba dispuesto a aceptar. Pero no debería olvidarse nunca que el bien común no es algo totalmente distinto del bien individual. Y Spencer sin duda tenía toda la razón al pensar que es por el bien de los individuos y de la sociedad en general que los ciudadanos deberían poder desarrollarse libremente y manifestar su iniciativa. Podemos pensar que es función del Estado crear y mantener las condiciones que permitan a los individuos desarrollarse, y que esto implica, por ejemplo, que el Estado tiene el deber de proporcionar todos los medios de educación que estén de acuerdo con la capacidad de los individuos para aprovecharlo. Pero en cuanto aceptamos el principio de que el Estado debe preocuparse por crear y mantener positivamente las condiciones aptas para que cada individuo lleve una vida humana decente de acuerdo con sus capacidades, nos exponemos al peligro consecuente de olvidar que el bien común no es una entidad abstracta a la cual deban sacrificarse despiadadamente los intereses de los individuos. Y la actitud de Spencer, a pesar de sus exageraciones excéntricas, puede servirnos para recordar que el Estado existe para el hombre y no el hombre para el Estado. Además, el Estado no es más que una forma de organización social: no es la única forma legítima de sociedad. Y Spencer ciertamente lo entendió así.

Como se ha indicado ya, las opiniones políticas de Spencer eran en parte la expresión de juicios empíricos relacionados con su interpretación del movimiento evolutivo en general y en parte expresión de juicios de valor. Por ejemplo, su afirmación de que la que él llama sociedad de tipo industrial es más digna de sobrevivir que otros tipos de sociedad, equivalía en parte a la predicción de que tal sociedad de hecho sobreviviría en virtud del proceso evolutivo. Pero era también parcialmente un juicio que el tipo industrial de sociedad merecía sobrevivir a causa de su valor intrínseco, era sólo en parte un juicio. En efecto, está bastante claro que en Spencer una valoración positiva de la libertad personal era el factor realmente decisivo para su idea de la sociedad moderna. Está también claro que si un hombre está decidido a que, en lo que de él dependa, sobreviva el tipo de sociedad que respeta la libertad y la iniciativa individuales, tal decisión se base principalmente en un juicio de valor más que en cualquier teoría sobre el cumplimiento automático de la ley de evolución.


 La sociología y la política

Spencer concibió su teoría ética como la culminación de su sistema. En el prefacio a Los datos de la ética indica que su primer ensayo sobre The Proper Sphere of Government (El ámbito propio del Gobierno, 1842) insinuaba vagamente ciertos principios generales sobre lo bueno y lo malo en el comportamiento político. Y añade que" durante todo este tiempo mi última intención, la que está más allá de todos los fines inmediatos, ha sido la de encontrar una base científica para los principios del bien y del mal en el comportamiento en generaI".

La idea de una autoridad sobrenatural como base de la ética se ha debilitado. Lo más urgente ahora es, pues, dar a la moral una base científica independiente de las creencias religiosas. y para Spencer esto significa fundamentar la ética en la teoría de la evolución. El comportamiento en general, incluido el de los animales, consiste en una serie de actos dirigidos a determinados fines y cuanto más alto ascendamos en la escala de la evolución, encontraremos pruebas más claras de la existencia de acciones intencionales dirigidas al bien del individuo y de la especie. Pero vemos también que la actividad teleológica de este tipo forma parte de la lucha por la existencia entre distintos individuos de la misma especie y entre especies distintas. Es decir, cada criatura intenta conservarse a sí misma a expensas de otra, y cada especie se mantiene a sí misma a Costa de otra.

Este tipo de comportamiento intencional en el que sale perdiendo el más débil, es para Spencer un comportamiento imperfectamente desarrollado. En un comportamiento perfecto -el comportamiento ético propiamente dicho- los antagonismos entre grupos rivales y entre miembros individuales de un mismo grupo quedarán sustituidos por la cooperación y la ayuda mutua. El comportamiento perfecto, sin embargo, sólo se logra en la medida en que las sociedades militantes den paso a las sociedades permanentemente pacíficas. En otras palabras, no puede lograrse de un modo estable más que en la sociedad totalmente desarrollada, la única capaz de vencer y superar las tensiones entre el egoísmo y el altruismo.

Esta distinción entre comportamiento perfecto e imperfecto sirve de base para distinguir entre ética relativa y absoluta. La ética absoluta es "un código ideal de conducta que formula el modo de comportarse de un hombre completamente adaptado a una sociedad completamente desarrollada", en tanto la ética relativa trata del tipo de conducta que en nuestras circunstancias actuales (es decir, en sociedades más o menos imperfectas) se acerca más a este ideal. Según Spencer, es sencillamente falso que, en cualquier conjunto de circunstancias que exijan de nosotros una acción intencional, nos encontremos siempre ante un dilema entre una acción absolutamente buena y una acción absolutamente mala. Por ejemplo, puedo encontrarme en unas circunstancias tales que, actúe como actúe, haga daño a otra persona. Y una acción que hace daño a otro no puede ser absolutamente buena. En tales circunstancias, por lo tanto, tengo que procurar ver cuál de las acciones posibles es relativamente buena, es decir, cuál de ellas causará probablemente la mayor medida de bien y la menor medida de mal. No puedo pretender que mi juicio sea infalible. Sólo puedo obrar según lo que me parezca mejor, después de haberle dedicado a la cuestión toda la reflexión que parezca exigir la importancia relativa del asunto. Es cierto que puedo tener en cuenta el código de conducta ideal de la ética absoluta, peno no puede dar por supuesto honradamente que tal norma me servirá como premisa para deducir infaliblemente qué será lo relativamente mejor en las circunstancias en que me encuentro.

Spencer acepta la ética utilitarista en el sentido de que concibe la felicidad como el último fin de la vida y mide la bondad o maldad de las acciones en relación a este fin. En su opinión, el "desarrollo gradual de una ética utilitarista ha sido, en realidad, inevitable". En efecto, hubo desde el principio un utilitarismo naciente, en el sentido de que siempre se han tenido algunas acciones como buenas y otras como perjudiciales para el hombre y la sociedad. Pero en las sociedades antiguas los códigos éticos iban asociados a una autoridad de un tipo u otro, o a la idea de la autoridad divina y de las sanciones impuestas por apelación a la divinidad, mientras que a lo largo del tiempo la ética ha ido independizándose de creencias no éticas, y ha ido surgiendo una perspectiva moral basada simplemente en las consecuencias naturales y discernibles de las acciones. Con otras palabras, el proceso evolutivo en el campo de la moral ha favorecido el desarrollo del utilitarismo. Debe añadirse, sin embargo, que hay que entender el utilitarismo en forma que dé cabida a la distinción entre ética absoluta y relativa. En efecto, la misma idea de la evolución indica un proceso hacia un límite ideal. Y en tal progreso el mejoramiento en la virtud no puede ir separado del mejoramiento social. "Es imposible la coexistencia de un hombre perfecto y una sociedad imperfecta."

Puesto que para Spencer el utilitarismo es una ética con base científica, es comprensible que desee demostrar que no es simplemente uno entre muchos sistemas mutuamente excluyentes, sino que concede sitio a todas las verdades contenidas en otros sistemas. Así sostiene, por ejemplo, que el utilitarismo bien entendido acepta el punto de vista que insiste en los conceptos del bien, el mal y el deber, más que en el logro de la felicidad. Bentham pudo creer que hay que tender a la felicidad directamente, aplicando el cálculo hedonístico. Pero se equivocaba. En realidad, habría estado en lo cierto si el logro de la felicidad no hubiera dependido del cumplimiento de una serie de condiciones. Pero en tal caso, sería moral cualquier acción, con tal que produjera un placer y esta noción no es compatible con la conciencia moral. De hecho, el logro de la felicidad depende del cumplimiento de ciertas condiciones, es decir, de la observancia de ciertos preceptos o reglas morales y a lo que debemos tender directamente es al cumplimiento de tales condiciones. Bentham creyó que todo el mundo sabe lo que es la felicidad, y que ésta es más inteligible que, por ejemplo, los principios de la justicia. Pero esta Idea es contraria a la verdad. Los principios de la justicia son fácilmente inteligibles, en tanto no es nada fácil decir lo que sea la felicidad. Spencer defiende, por lo tanto, lo que él llama un utilitarismo "racional", un utilitarismo que "tiene por objeto inmediato la conformidad con ciertos principios que, por la naturaleza de las cosas, son causa determinante del bienestar".

Es más, la tesis de que pueden establecerse inductivamente las reglas morales observando las consecuencias naturales de las acciones, no lleva a la conclusión de que la teoría del intuicionismo moral sea falsa. Porque existen en realidad las llamadas intuiciones morales, si bien no consisten en algo misterioso e inexplicable, sino en "los efectos lentamente organizados de experiencias recibidas por la raza". Lo que originariamente fue una inducción de la experiencia puede, en generaciones posteriores, llegar a tener ;:>ara el individuo la fuerza de una intuición. El individuo puede ver o sentir instintivamente que una determinada acción es buena o mala; aunque esta reacción instintiva sea el producto de la experiencia acumulada de la raza.

De igual modo, el utilitarismo puede muy bien reconocer cierta verdad en el argumento de que el fin al cual debemos tender es la perfección de nuestra naturaleza. Porque el proceso evolutivo tiende a hacer brotar la forma de vida superior. y aunque la felicidad sea el fin supremo, "lo que toda teoría sobre la conducta moral busca clara o vagamente es el concomitante de esa vida superior".

En cuanto a la tesis de que la virtud es el fin del comportamiento humano, no es más que una forma de expresar la doctrina de que nuestro fin inmediato debe ser el cumplimiento de las condiciones necesarias para alcanzar la forma de vida superior a la cual tiende el proceso evolutivo. De haber alcanzado tal forma de vida, su efecto sería la felicidad.

No es preciso decir que Spencer no podía pretender que su teoría ética se fundamentara en la teoría de la evolución sin. reconocer una cierta continuidad entre la evolución biológica y la evolución moral. Y sostiene, por ejemplo, que "la justicia humana debe ser un desarrollo de la justicia sub-humana". Al mismo tiempo, en un prefacio, suprimido más tarde, a las partes quinta y sexta de Los principios de ética, reconoce que la teoría de la evolución no ha servido de guía en la medida deseada. Parece, sin embargo, no haber entendido jamás que el proceso evolutivo, en tanto hecho histórico, no podía establecer por sí mismo los juicios de valor que él dedujo de su interpretación. Por ejemplo, aun cuando aseguremos que la evolución se mueve hacia la emergencia de un cierto tipo de vida humana en sociedad y que dicho tipo se muestra, por tanto, como el más apto para sobrevivir, no se sigue necesariamente de allí que moralmente sea el tipo más perfecto. Como T. H. Huxley vio, la aptitud empírica para sobrevivir en la lucha por la existencia y la perfección moral no son necesariamente una misma cosa.

Por supuesto, si partimos de la hipótesis de que la evolución es un proceso teleológico dirigido a la institución progresiva del orden moral, la situación cambia. Pero aunque una hipótesis de este tipo tal vez esté implícita en la perspectiva de Spencer, éste no pretendió aventurar tales hipótesis metafísicas.


 Ética relativa y ética absoluta

El elemento metafísico explícito en el pensamiento de Spencer es, de un modo un tanto paradójico, su filosofía de lo Incognoscible. Introduce tal tema a propósito de un estudio sobre el supuesto antagonismo entre religión y ciencia. "De todos los antagonismos en torno a la fe, el más viejo, el más extendido, el más profundo y el más importante es el antagonismo entre religión y ciencia." Por supuesto, si se entiende la religión simplemente como una experiencia subjetiva, difícilmente se plantea el problema del conflicto entre ella y la ciencia. Pero si tenemos en cuenta las distintas creencias religiosas, el caso es distinto. En lo que a los hechos particulares se refiere, las explicaciones sobrenaturales han sido reemplazadas por explicaciones naturales o científicas y la religión ha tenido que limitarse más o menos a ofrecer una explicación de la existencia del universo como totalidad. Pero sus argumentos son inaceptables para cualquiera que posea una perspectiva científica. En este sentido, por lo tanto, existe un conflicto entre las mentalidades religiosa y científica y sólo puede resolverse, según Spencer, por la filosofía de lo Incognoscible.

Si partimos de la creencia religiosa, podemos ver que tanto el panteísmo como el teísmo son insostenibles. Por panteísmo entiende Spencer la teoría de un universo que se desarrolla desde la existencia potencial a la actual. Y afirma que tal idea es inconcebible. En realidad no sabemos lo que significa. Así, pues, difícilmente se plantea la cuestión de su verdad o falsedad. En cuanto al teísmo, entendido como la teoría de que el mundo fue creado por un agente externo, es también insostenible. Aparte del hecho de que la creación del espacio es inconcebible, porque su no existencia no se puede pensar, la idea de un Creador que existe por sí mismo es tan impensable como la de un universo que existe por sí mismo. La misma idea de la "existencia por sí" es inconcebible. "No se trata de una cuestión de probabilidad o de credibilidad, sino de concebibilidad."

Es cierto, admite Spencer, que si nos preguntamos por la última causa o causas de los efectos producidos en nuestros sentidos, nos sentimos llevados inevitablemente a la formulación de la hipótesis de una causa primera. Y tendremos que definirla como infinita y absoluta. Pero Mansel ha demostrado que si bien la idea de una Causa Primera finita y subordinada encierra contradicciones manifiestas, la idea de una Causa Primera infinita y absoluta no queda tampoco libre de contradicciones, aun cuando éstas no sean tan inmediatamente evidentes. No podemos, por tanto, decir nada inteligible sobre la naturaleza de la Causa Primera. Y en último término nos quedamos sólo con la idea de un Poder inescrutable.

No obstante, si partimos de la ciencia de nuevo nos vemos enfrentados con lo Incognoscible. Porque la ciencia no puede resolver el misterio del universo. Por una parte, no puede demostrar que el universo exista por sí, porque la idea de la existencia por sí es, como hemos visto, inconcebible e ininteligible. Por otra parte, las nociones últimas de la ciencia "son todas representativas de realidades que no pueden ser comprendidas". Por ejemplo, no podemos comprender qué es la fuerza "en sí misma". Y en último término "las ideas religiosas últimas y las ideas científicas últimas se convierten a la vez en simples símbolos de lo real, no en conocimientos de ello".

Tal punto de vista se apoya en un análisis del pensamiento humano. Todo pensamiento, como hemos visto, es relacional. Y lo que no puede determinarse por sus relaciones de similitud y disimilitud con otras cosas, no es un objeto posible de conocimiento. Así, pues, no es posible conocer lo incondicionado y lo absoluto y esto se aplica no sólo al Absoluto de la religión, sino también a las últimas ideas científicas en tanto representaciones de entidades metafenoménicas o de "cosas en sí". Al propio tiempo, afirmar que todo conocimiento es "relativo es afirmar implícitamente que existe una realidad no relativa. "A no ser que se postule un No-relativo o Absoluto real, lo Relativo se convierte en absoluto, y convierte el argumento en una contradicción." De hecho, no podemos eliminar de nuestra conciencia la idea de un Absoluto más allá de las apariencias.

Así, tanto si nos acercamos al tema a través de un examen crítico de las creencias religiosas como a través de una reflexión sobre nuestras ideas científicas últimas o a través de un análisis de la naturaleza del pensamiento y del conocimiento, llegamos al fin a la idea de una realidad incognoscible. Y se logrará un estado de paz permanente entre religión y ciencia" cuando la ciencia se convenza plenamente de que sus explicaciones son próximas y relativas y la religión a su vez se convenza plenamente de que el misterio' que contempla es último y absoluto".

Ahora bien, la doctrina de lo Incognoscible forma la primera parte de los Primeros principios y se coloca así al comienzo del sistema filosófico de Spencer en su ordenación formal. Tal hecho puede inducir al lector incauto a dar a la teoría una importancia fundamental. No obstante, cuando descubra que el Absoluto inescrutable o el Poder de la religión se equipara prácticamente con la Fuerza en tanto tal, tal vez llegue a la conclusión de que la teoría no es mucho más, si algo es, que un soborno ofrecido cortésmente al hombre religioso por otro hombre que no creía en Dios y que fue enterrado, o más bien, inclinado, sin ningún tipo de ceremonia religiosa. Es fácil entender, así, que algunos escritores hayan desechado la primera parte de los Primeros principios calificándola de excrecencia infeliz. Spencer trata lo Incognoscible con una extensión considerable. Pero el resultado final no es extraordinario desde el punto de vista metafísico, puesto que los argumentos no se han considerado detenidamente; en tanto el científico es probable que se oponga a la noción de que sus ideas básicas escapan a toda comprensión.

Spencer, sin embargo, ve un cierto misterio en el universo. Sus pruebas de la existencia de lo Incognoscible son, en efecto, algo confusas. En ocasiones da la impresión de aceptar un fenomenismo a lo Hume aduciendo que las modificaciones producidas en nuestros sentidos deben ser causadas por algo que trascienda nuestro conocimiento. Otras veces, su pensamiento parece estar respaldado por una forma de razonar más o menos kantiana, derivada de Hamilton y Mansel. Las cosas externas son fenómenos en el sentido de que sólo pueden ser conocidas en la medida en que se conforman a la naturaleza del pensamiento humano. Las "cosas en sí" o noumenos no pueden ser conocidos; pero puesto que la idea del noumeno es correlativa a la de fenómeno, no podemos dejar de postularla. Spencer, sin embargo, cuenta también con lo que él llama un hecho decisivo: que además de la conciencia "definida" "hay también una conciencia indefinida que no puede formularse". Por ejemplo, no podemos tener una conciencia definida de lo finito sin una conciencia indefinida concomitante de lo infinito. Y tal razonamiento lleva a la afirmación del Absoluto infinito como una posible realidad de la cual tengamos una conciencia indefinida o vaga. No podemos saber qué es el Absoluto. Pero aun cuando neguemos toda interpretación sucesiva y definida o toda descripción del Absoluto que se muestra a sí mismo, "queda siempre detrás de ello un elemento que adopta formas nuevas".

Parece que Spencer se esforzó seriamente por mantener tal razonamiento. y si bien podría parecer más conveniente convertir a Spencer en un positivista total, desechando la doctrina de lo Incognoscible por tacharla de concesión para con la gente religiosa, no parece poder justificarse tal rechazo simplista. Cuando el positivista Frederic Harrison exhortó a Spencer a transformar la filosofía de lo Incognoscible en la religión comtista de la humanidad, Spencer no quiso escucharle. Es fácil burlarse de él porque escribe "loIncognoscible" con mayúscula, como si -según se ha dicho- esperara que alguien se descubriera ante ello. Pero parece haber estado realmente convencido de que el mundo de la ciencia es la manifestación de una realidad que trasciende el conocimiento humano. La doctrina de lo Incognoscible es probable que no satisfaga a mucha gente religiosa.

Pero éste es otro problema. En lo que a Spencer se refiere, parece haber creído sinceramente que la conciencia vaga de un Absoluto o Incondicionado era un elemento ineliminable del pensamiento humano y, por decirlo así, el centro de la religión, el elemento permanente que sobrevive a la sucesión de los distintos credos y sistemas metafísicos.


Lo Incognoscible en la religión y en la ciencia

No es preciso decir que en la filosofía de Spencer hay una buena medida de metafísica. En realidad, es difícil pensar en una filosofía que prescinda de ella. ¿No es el fenomenismo una forma de metafísica? y cuando Spencer dice, por ejemplo, que "por realidad entendemos la persistencia de la conciencia", puede decirse que ésta es una afirmación metafísica. Podríamos sin duda tratar de interpretarla como una simple definición o una afirmación sobre el uso ordinario del lenguaje. Pero cuando se dice que "la persistencia es nuestra última confirmación de lo real, sea existiendo bajo su forma desconocida o bajo una forma conocida por nosotros", es razonable calificar tal afirmación de metafísica.

Evidentemente, Spencer no puede ser definido como metafísico, si por tal se entiende al filósofo que se propone descubrir la naturaleza de la realidad última, porque en su opinión dicha realidad no puede descubrirse, y si bien es metafísico hasta el extremo de afirmar la existencia de lo Incognoscible, se dedica luego a elaborar una interpretación unificada y completa de lo cognoscible, es decir, de los fenómenos. Pero si nos gusta llamar a esta interpretación general metafísica descriptiva", somos -por supuesto- libres de hacerlo.

En el desarrollo de tal interpretación, Spencer se adhiere a la tradición empirista. Es cierto que desea reconciliar opiniones antagónicas. Pero cuando se esfuerza por demostrar que su propia filosofía puede reconocer una cierta verdad en las teorías no empíricas, su forma de proceder consiste en dar una explicación empírica de los datos en los cuales se basan las teorías. Como se ha indicado ya, no le importa admitir que existan las llamadas intuiciones morales. Porque un individuo puede sentir perfectamente una aprobación o desaprobación casi instintiva de ciertas acciones y puede "ver", intuitivamente y sin ningún proceso discursivo, que tales acciones son buenas o malas. Pero según la opinión de Spencer, las intuiciones morales en este sentido son "resultado de la acumulación de experiencias de 'utilidad', organizadas y heredadas gradualmente. Podría discutirse la existencia de cosas tales como las experiencias de utilidad heredadas. Pero en cualquier caso queda suficientemente claro que la forma en que Spencer demuestra la verdad del intuicionismo moral consiste en dar una explicación empirista de los datos empíricos a que se refiere tal teoría.

De igual modo, Spencer no duda en reconocer que hay algo que puede llamarse intuición del espacio, en el sentido de que en lo que al individuo se refiere es prácticamente una forma independiente de la experiencia. Pero esto en ningún modo significa que Spencer esté tratando de incorporar a su propia filosofía la doctrina kantiana del a priori. Lo que hace es afirmar que tal teoría se basa en un hecho real, pero que tal hecho puede explicarse a la luz de las "experiencias, organizadas y consolidadas, de todos los individuos anteriores que le dejaron a él (individuo posterior determinado) sus estructuras nerviosas poco desarrolladas".

Aunque de la preocupación de Spencer por reconciliar puntos de vista antagónicos no podemos deducir que eche por la borda al empirismo, sí podemos decir que es un empirista con una diferencia. Porque no sólo trata problemas individuales separadamente, como muchos empiristas lo pueden hacer. En su autobiografía él habla de su instinto arquitectónico, de su amor por la construcción de un sistema. Y de hecho su filosofía fue proyectada como un sistema: no sólo llegó a ser un sistema en el sentido de que las distintas líneas de investigación y reflexión fueron a converger en la formación de un cuadro completo. El principio general de interpretación de Spencer, la llamada ley de la evolución, se concibió en un primer momento y se usó luego como instrumento de unificación de las ciencias.

No puede decirse fácilmente que el instinto arquitectónico de Spencer, su propensión a la síntesis, fuera acompañado de una habilidad sobresaliente para el análisis esmerado o para el establecimiento exacto de su significado. Pero su poca salud y los obstáculos con que tuvo que enfrentarse en el cumplimiento de la misión que él mismo se impuso, no le dejaron tiempo o energía para mucho más de lo que de hecho podía llevar a cabo. Y aunque es probable que muchos lectores encuentren sus escritos exageradamente oscuros, su ambición e intento pertinaz de unificar nuestros conocimientos del mundo y del hombre, como también nuestra conciencia moral y nuestra vida social, a la luz de una idea que lo invadía todo, exige el tributo de nuestra admiración. Reincidió, por decido así, en la era victoriana; y como ya se ha indicado, con respecto a la influencia viva, no hay comparación entre Spencer y J. S. Mill. Pero aunque es probable que la filosofía de Spencer esté ya cubierta de polvo, merece algo mejor que la actitud desdeñosa adoptada por Nietzsche, quien la consideraba expresión típica de la mentalidad dócil y limitada de la clase media inglesa.




EL ORGANICISMO
El pensamiento de Spencer también alcanzo a los teóricos de esta escuela, pues el organicismo concibe a los fenómenos sociales como un todo orgánico. Aún más, se pronuncia por una equivalencia entre la sociedad y un organismo vivo. Así pues, la construcción de una teoría social sólo es posible sobre una base biológica.
Entre los autores organicistas más reconocidos se encuentran los alemanes Paul Lilienfeld (1829-1903) y Albert G. Schäffle (1831-1903), así como los franceses Alfred Fouillée (1838-1912) y René Worms (1869-1920).
Para los organicistas, los grupos sociales no son, metafóricamente, como un organismo biológico, sino que realmente son organismos de tipo animal, aunque de naturaleza superior: las carreteras y las construcciones conforman el esqueleto del cuerpo social; los productos mercantiles, las células; el intercambio comercial es la locomoción; la infraestructura tecnológica son los músculos; los medios informativos y de comunicación, el sistema nervioso, etc.

Obras de Spencer.




1850 Estática social.
1855 Principios de psicología.
1831 Educación moral, intelectual, física.
1862 Primeros principios.
1864-1867 Los principios de la biología.
1872 El estudio de la sociología.
1873-1881 Sociología descriptiva.
1879 Los principios de la ética.
1904 Autobiografía en dos volúmenes.


HERBERT SPENCER "TEORÍA ORGÁNICA"

HERBERT SPENCER "TEORÍA DEL EVOLUCIONISMO"
                                PUBLICADO POR: MYRIAM TINOCO GUZMÁN